
Hoy es el día mundial de la diabetes. Como cada año el 14 de Noviembre se celebra el día para concienciar a la población sobre qué es la diabetes y cómo afecta a las personas que la sufren. A mi me gusta más pensar que hoy es el dia de las personas con diabetes. Quiero aprovechar esta fecha y que el tema me toca de cerca, para escribir este post divulgativo sobre esta enfermedad tan frecuente y a la vez tan desconocida. Existen muchos mitos sobre la diabetes y hoy intentaremos desmitificar algunos de ellos.
¡Vamos allá!
Seguro que habrás oído hablar de la diabetes. Es una de las enfermedades más prevalentes el el mundo hoy en día, y se prevé un aumento de su incidencia en los próximos años.
Empecemos por el principio.
¿Qué tipos de diabetes existen?
Las formas más frecuentes de diabetes son la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2. Existen otros tipos de diabetes menos frecuentes como la diabetes gestacional, la tipo LADA o la MODY. Para simplificar, en éste post os hablaré sólo de la tipo 1 y la tipo 2, que son las más frecuentes.
Antes de continuar voy a romper el primero de los grandes mitos de la diabetes: no existen diabetes buenas ni malas. Todos los tipos de diabetes son igual de perjudiciales para la salud. Así que aclarado el primer mito, vamos a empezar hablando de la diabetes tipo 1.
Diabetes tipo 1
La Diabetes Mellitus tipo 1 o la diabetes tipo 1 (DM1) es una enfermedad crónica, de causa desconocida, en la que el sistema inmune de la persona causa una reacción en la que se destruyen las células beta del páncreas. Las células beta son las encargadas de producir la insulina. Por este motivo el páncreas de las personas diagnosticadas de DM1 es incapaz de producir insulina.
La insulina es la hormona natural que se encarga de ayudar a la células de nuestro cuerpo a captar la glucosa (azúcar) de la sangre para poder ser utilizada por nuestro organismo para generar energía. Gracias a ella nuestros músculos pueden obtener potencia para correr o nuestras neuronas obtienen la energía necesaria para sobrevivir.
Debido a la falta de fabricación de insulina por el propio organismo, se genera una acumulación y exceso de glucosa en la sangre (hiperglicemia) que no puede ser utilizada por nuestras células.
La DM1 afecta sólo el 5-10% de las personas que sufren diabetes.
Es el tipo de diabetes más frecuente en la edad pediátrica y en la adolescencia, aunque puede aparecer a cualquier edad.
¿Cuáles son los síntomas de la DM1?
En la mayoría de ocasiones los síntomas aparecen de forma brusca y notable en semanas o pocos meses. Los más frecuentes son:
- Orinar muy frecuentemente (incluso suelen levantarse por la noche varias veces a orinar)
- Sed excesiva
- Aumento del apetito
- Pérdida de peso. A pesar de aumentar la ingesta de alimentos por el gran apetito, las células no pueden aprovechar la glucosa de la sangre por la falta de insulina. Las células han de consumir grasa y masa muscular para obtener energía, y eso lleva a la pérdida de peso.
- Cansancio y fatiga
- Visión borrosa. El aumento de la concentración de la azúcar en sangre produce cambios el cristalino que ocasionan visión borrosa. Al normalizarse los niveles de glucosa en sangre, la visión borrosa desaparece.
- Infecciones de orina y ginecológicas de repetición.
- Náuseas y vómitos debido al aumento de cuerpos cetónicos en sangre
- Aliento afrutado
¿Puede prevenirse la DM1?
No. No puede prevenirse. Además, en contra de lo que la gente a veces cree, no está causada por una elevada ingesta de azúcares en la dieta. Aquí rompemos el segundo mito.
Se cree que existe una cierta predisposición genética en los pacientes que junto con factores ambientales (que todavía se desconocen) pueden desencadenar la enfermedad.
¿Cómo se trata la DM1?
El tratamiento de la DM1 se basa en administrar la insulina que el cuerpo necesita para metabolizar la glucosa en nuestras células. Los pacientes con DM1 necesitan inyectarse a diario la insulina que su cuerpo requiere, intentando de esta forma imitar la función del páncreas de una persona sin DM1. Pero hacer el trabajo de un órgano las 24h del día no es tarea fácil. No vale con inyectarse insulina a diario y listos.
El páncreas de una persona sin DM1 no segrega la misma cantidad de insulina durante todo el día, sino que se autoregula en función de los hidratos de carbono que ingerimos en nuestra dieta, del ejercicio que realizamos, del estrés, del ciclo hormonal, etc.
Para intentar simular al máximo la acción del páncreas existen básicamente dos formas de tratamiento en la DM1:
- Múltiples inyecciones diarias de insulina:
- Se inyecta una insulina basal una o dos veces al día para mantener unos niveles mínimos de insulina en la sangre.
- Antes de cada comida se debe administrar también insulina rápida para metabolizar los hidratos de carbono que ingieran durante la comida. Los hidratos de carbono provinientes de los alimentos se acabarán metabolizando en glucosa durante la digestión, y esta glucosa necesitará insulina para ser utilizada por nuestro organismo.
- Bomba de insulina: La bomba de insulina no es más que un pequeño aparato que inyecta de forma automática pequeñas dosis de insulina durante todo el día a los pacientes con DM1, actuando de insulina basal según sus necesidades. Antes de las comidas, los pacientes deben administrar mediante la misma bomba de insulina la dosis de insulina rápida requerida en función de los hidratos de carbono de la comida.


Los pacientes con DM1 pueden comer de todo. Si, lo que lees. Aquí rompemos con el mito de que las personas con diabetes no pueden comer según qué alimentos. Los pacientes con DM1 no necesitan hacer ninguna restricción en su dieta. Si es imprescindible disponer de conocimientos sobre nutrición y de un buen método para poder saber cuántos hidratos de carbono ingieren en cada comida. De esta forma loa pacientes pueden calcular qué dosis de insulina deben inyectarse.
Aún así, se recomienda una dieta sana y equilibrada, pero igual que en cualquier otra persona que no padezca ningún tipo de diabetes.
Diabetes tipo 2
La Diabetes Mellitus tipo 2 o diabetes tipo 2 (DM2) es el tipo más frecuente de diabetes con diferencia.
Alrededor del 90% de los pacientes con diabetes sufren DM2.
Por este motivo la mayoría de personas relacionan la diabetes sólo con la DM2.
La DM2 es una enfermedad crónica en la que el aumento el nivel de azúcar en sangre es debido a la resistencia a la acción de la insulina. El páncreas de los pacientes con DM2 sí es capaz de fabricar insulina. El problema es que las células no pueden utilizarla de forma correcta para introducir la glucosa en su interior.
Los factores de riesgo para desarrollar DM2 pueden ser genéticos (antecedentes familiares de DM2, diabetes gestacional, edad avanzada) o metabólicos. Las principales causas metabólicas de DM2 son la obesidad y el sobrepeso, un estilo de vida sedentario o llevar una mala alimentación. Una dieta poco equilibrada, con ultraprocesados, rica en grasas trans o hidratos de carbono aumenta considerablemente el riesgo de padecer DM2.
La DM2 ha sido relacionada típicamente con la edad adulta. En las últimas décadas, debido al aumento de la obesidad en los niños y la mala alimentación con abuso de bollería y azúcares refinados a estas edades, se está viendo un aumento de la DM2 en edades tempranas e incluso en niños. De hecho se prevé que los próximos años aumenten de forma exponencial el número de niños y jóvenes diagnosticados de DM2.
¿Cuáles son los síntomas de la DM2?
Los síntomas de la DM2 son muy parecidos a los de la DM1, pero aparecen de forma más lenta e insidiosa. Esto puede hacer retrasar el diagnóstico de estos pacientes, ya que los síntomas pueden pasar desapercibidos durante mucho tiempo.
¿Puede prevenirse la DM2?
Sí. Aunque ciertos factores no pueden evitarse (como los antecedentes familiares), sí pueden modificarse la mayoría de factores de riesgo metabólicos. Por esto se recomiendan acciones cómo:
- Llevar una dieta equilibrada y en cantidades adecuadas
- Evitar el sobrepeso y la obesidad
- Mantener un estilo de vida activo
- Evitar el tabaco

¿Cómo se trata la DM2?
La base es tener un control dietético adecuado. Evitar consumir en exceso hidratos de carbono, grasas y azúcares refinados y aumentar la ingesta de verduras y frutas en las comidas. Realizar actividad física a diaro, ayuda a aumentar la sensibilidad de las células a la insulina en los pacientes con DM2. En ocasiones puede ser necesario asociar medicación en pastillas con antidiabéticos orales para aumentar la sensibilidad de las células a la insulina. Si con todo esto no se consigue un buen control de la DM2, en algunos pacientes se requiere la administración de insulina en inyecciones.
Diabetes y visión
Ahora que ya sabemos qué es la diabetes y qué tipos existen, os hablaré un poco de las temidas complicaciones oculares de la diatebes.
Pese a que la DM1 y la DM2 son enfermedades completamente distintas las complicaciones del aumento de azúcar en sangre son las mismas en ambos casos. El riesgo de padecer complicaciones por cualquier tipo de diabetes aumenta con el tiempo de evolución de la enfermedad, con un mal control metabólico y con la edad.
A nivel oftalmológico, el principal objetivo es evitar la retinopatía diabética.
Los niveles altos de azúcar en sangre de forma mantenida producen un daño en los pequeños vasos sanguineos de la retina, provocando un daño isquémico (falta de riego sanguineo) y la aparición de inflamación en la retina.
Existen distintos grados de retinopatía daibética. A grandes rasgos podemos hablar de:
- Retinopatía diabética no proliferativa
- Retinopatía diabética proliferativa
- Edema macular diabético
Todos ellos son debidos al daño producido en los pequeños vasos de la retina en distinto grado o forma. Además, los pacientes con diabetes tienen un riesgo más alto de padecer glaucoma, cataratas o visión doble, entre otros problemas oculares.

¿Cómo evitar las complicaciones oftalmológicas de la diabetes?
En general, se recomienda realizar un fondo de ojo de forma anual para explorar de forma completa la retina en todos los pacientes con diabetes. Incluso en aquellos que no tengan ningún tipo de complicaciones. El diagnóstico precoz es primordial para el tratamiento de la retinopatía diabética.
La exploración del fondo de ojo una vez al año es imprescindible en todos los pacientes con diabetes
Si conseguimos mantener un buen control de la diabetes, las complicaciones a largo plazo pueden ser evitadas, incluso las temidas complicaciones oftalmológicas. Para ello es imprescindible tener los conocimientos adecuados en alimentación y nutrición, administrarse el tratamiento de forma correcta, realizar visitas regulares con el especialista en Endocrinología, realizar actividad física e intentar mantener la mente activa en otros temas que ayuden a evadirse del esfuerzo diario que supone vivir con esta condición.
Hay que tener en cuenta que la diabetes es una enfermedad de difícil manejo. No basta con inyectarse insulina o tomarse unas pastillas. Es una enfermedad que provoca un gran impacto en la vida diaria de los pacientes. Sobretodo en los pacientes con DM1, a los que requiere un gran esfuerzo personal y mental las 24h del día, los 365 días del año para sobrellevarla. Además en muchas ocasiones no somos conscientes del impacto que esta enfermedad genera tanto en los que la sufren como en sus familias.
Es de vital importancia fomentar la educación sanitaria y diabetológica de la población. En especial de los pacientes con diabetes y sus familias. Hoy he querido aprovechar el Día Mundial de la Diabetes para aportar mi granito de arena para fomentar la concienciación sobre esta enfermedad.
Más adelante os prepararé un post más específico sobre la retinopatía diabética y su tratamiento.
¡Estad atentos al blog!
