No es nada raro que durante los primeros meses de vida de un recien nacido, los padres vengan a la consulta porque se han dado cuenta de que a su bebé le lloran uno o ambos ojos. Si este es tu caso, aquí tienes todas las claves que necesitas saber sobre el lagrimeo de tu bebé.
¿Por qué le lloran los ojos?
La vía lagrimal es el conducto encargado del drenaje de la lágrima desde el ojo hasta la nariz. Durante los primeros meses de vida, a veces este conducto no es del todo permeable y a causa de esto, la lagrima se acumula en el ojo. Por esto le ves siempre el ojo humedecido. Si ya has consultado con el oftalmólogo o el pediatra, seguro que te habrán hablado de la Obstrucción congénita de la vía lagrimal.
Si te estás preguntando qué es eso de la vía lagrimal, aquí te dejo una breve explicación:
La vía lagrimal es un conducto (a modo de tubería) por donde drena la lágrima desde el ojo hasta la cavidad nasal. La glándula lagrimal fabrica lágrimas constantemente para mantener los ojos humedecidos. Si el sistema lagrimal funciona de forma adecuada, esta lágrima acaba drenando dentro de la nariz a través del canal lacrimonasal. De ahí va directamente a la garganta y nos la tragamos. Éste sistema se encarga de que los ojos puedan estar bien hidratados y no tengamos que limpiarnos las lágrimas.
La Obstrucción congénita de la vía lagrimal afecta un 5% de los recién nacidos y en el 80% de los casos los síntomas aparecen a partir del primer mes de vida.
¿Debo consultar con un especialista?
En la mayoría niños, la obstrucción se debe a una falta de maduración del conducto lagrimal, y se resuelve espontaniamente durante el primer año de vida. Aun así, te recomiendo que consultes con tu pediatra o oftalmólogo para descartar otras causas de lagrimeo y legañas; como conjuntivitis (sobre todo si le has visto el ojo rojo), u otras anomalías congénitas (mucho menos frecuentes) del lagrimal como el dacriocistocele o la malformación de los puntos lagrimales.
¿Puedo hacer algo para evitarlo?
Siento decirte que no está en tus manos evitar que tu bebé tenga una obstrucción congénita del lagrimal, pero aquí tienes los trucos para intentar resolverlo lo antes posible. De esta forma ayudarás a evitar posibles complicaciones como la dacriocistitis (infección de la via lagrimal) o la conjuntivitis.
- Masajes lagrimales a diario. Debes realizarlos desde el canto interno del ojo hacia abajo presionando con tu dedo índice. Te recomiendo que te ayudes del resto de dedos de las dos manos para sujetarle la cabeza. ¡Si puedes dos o tres veces al día, mejor que una!
- Higiene ocular con suero fisiológico y toallitas palpebrales. ¡No te cortes! Házlo con cuidado, pero las veces que haga falta, lo importante es mantener el ojo bien limpio y sin legañas.
Como una imagen vale más que mil palabras, en la siguiente imagen verás cómo realizar correctamente el masaje lagrimal a tu pequeño.
¿Es normal que le llore más en invierno o cuando está algo resfriado?
Sí. Ten en cuenta que el conducto lagrimal va a drenar a la cavidad nasal, por lo que si el niño tiene algo de moco, éste puede favorecer que se tape por completo la salida de la lágrima a la nariz mientras dure el refriado.
¿Voy a olvidarme del problema con masaje e higiene con suero fisilógico?
En algunos casos (pocos), la obstrucción congénita del lagrimal no resuelve de forma espontánea o con las medidas que te acabo de explicar.
¿Hay algún otro tratamiento?
Sí. Si persiste el lagrimeo después de los 12 meses de edad, o en niños que tienen episodios de ojo rojo y conjuntivitis de forma repetida, probablemente tu oftalmólogo te recomiende un sondaje lagrimal en quirófano para provocar de forma mecánica la apertura del conducto lagrimal.
En el 70% de los pacientes, la obstrucción congénita del lagrimal resuelve antes del año de edad y sin tratamiento quirúrgico.
Entiendo que al oír la palabra quirófano y tratándose de un bebé estéis asustados. Sé que es fácil decirlo por mi parte, pero ¡nada más lejos de la realidad! Ten en cuenta que un sondaje lagrimal no es más que una intervención médica cortísima, no dolorosa, para comprobar la permeabilidad del conducto y abrirlo (sin hacer ninguna herida). En los adultos, de echo, la mayoría de veces lo hacemos en la misma consulta. Pero teniendo en cuenta que estamos hablando de un bebé, se realiza bajo anestesia general para que el pequeño esté tranquilo, y así, tener las mejores condiciones para el paciente y el oftalmólogo.
Si aún tienes dudas sobre el manejo de la obstrucción lagrimal infantil u otros problemas oftalmológicos en los niños no dudes en ponerte en contacto conmigo.