FAQs

No. El óptico-optometrista y el médico oftalmólogo son diferentes profesionales de la salud que se encargan del cuidado visual de los pacientes. Tienen diferentes funciones, aunque complementarias. 

El óptico-optometrista es un profesional con titulación universitaria que se encarga, en atención primaria, del cuidado y prevención de la salud visual de la población. Entre sus funciones está el tratamiento de un sistema visual funcionalmente inadecuado mediante la prescripción de gafas o lentes de contacto y la terapia visual. 

El oftalmólogo, es el médico especialista en el diagnóstico,  tratamiento y prevención de las enfermedades de los ojos y del sistema visual. Una vez terminados los estudios universitarios de medicina recibe formación médica y quirúrgica especializada en las enfermedades de los ojos y del sistema visual durante cuatro años, para obtener la titulación de médico especialista. El médico oftalmólogo es el único profesional sanitario con la capacidad de diagnosticar y tratar las enfermedades de los ojos.

¡Cuando quieras! No existe una edad mínima para realizar una valoración oftalmológica en los niños. Siempre que tengas alguna duda o consulta sobre la salud ocular de tu hijo/a es buen momento para consultar. Aún así, si las revisiones con tu pediatra son correctas y no hay motivo para consultar con el oftalmólogo, se recomienda realizar una primera visita alrededor de los 3 años de edad, antes de empezar la escolarización. De esta forma podremos detectar posibles alteraciones visuales que puedan pasar desapercibidas como la ambliopía o el ojo vago. Si tienes más dudas sobre cuando realizar una primera consulta con tu hijo/a al oftalmólogo…¡Estate atento al blog! En breve dedicaré un post exclusivamente a este tema.

Ante todo, mucha calma. Si tu hijo ve que te pones nervioso, vacilas o utilizas un tono inadecuado, lo percibirá, y su reacción será defenderse. Si pierdes la paciencia, ponerle las gotas en los ojos puede convertirse en una auténtica batalla. Lávate las manos, destapa el colirio y retira la arandela que hay debajo del tapón. Cuando lo tengas todo a punto, sienta a un hijo en algún sitio donde pueda apoyar la cabeza (también es una buena opción que esté tumbado, en el sofá o en la cama). Házle mirar hacia arriba y desplaza suavemente su párpado inferior hacia abajo con el dedo índice de tu mano. Con la otra mano deja caer la gota en el saquito que se formará detrás del párpado inferior evitando tocar las pestañas o la piel. Para una máxima absorción, una vez hayas puesto la gota, házle cerrar los ojos y mantén una suave presión con tu dedo índice en la zona del lagrimal durante 1-2 minutos. Repite el mismo proceso con el otro ojo si el tratamiento lo requiere. Te recomiendo que lo hagas en un ambiente cómodo y relajado, utiliza un tono de voz tranquilo y movimientos decididos. Y recuerda, son niños, así que…¡Ayúdate del juego para conseguir tus objetivos!

Mejor que no. Si usas lentes de contacto de forma habitual, te recomiendo que para venir a la visita con el oftalmólogo te olvides de ellas por un rato y utilizes tus gafas. Hay exploraciones o pruebas complementarias que no podrian realizarse o bien podrian salir alteradas si llevas las lentillas puestas. En general, te aconsejo que evites utilizar las lentes de contacto durante las 24-48h previas a la visita con tu oftalmólogo. 

Depende. No todas las gotas que utilizamos para la exploración dan visión borrosa. Las gotas que provocan visión borrosa son todas las que producen una dilatación de la pupila. Son las que utilizamos habitualmente para realizar la exploración del fondo de ojo.

Esto puede ser variable, y dependerá de qué tipo de gota se haya utilizado. Hay varios tipos de colirios que provocan la midriasis (es como llamamos los oftalmólgos a la dilatación de la pupila) y que utilizamos de forma regular en la consulta para explorar el fondo de ojo. En la mayoría de los casos, el tiempo puede variar desde 3-4h hasta 24h. 

Es una de las exploraciones más importantes de la oftalmología. Nos permite visualizar de forma directa y con la ayuda de lentes, el nervio óptico, la retina y sus vasos sanguineos. Mediante el fondo de ojo no sólo se diagnostican enfermedades oculares, sino que podemos encontrar hallazgos que nos sugieran el diagnóstico de enfermedades no oftalmológicas  como la diabetes, la hipertensión arterial, enfermedades neurológicas e incluso algunos tumores.

A priori puede parecer complicado, pero verás que es más senzillo de lo que te imaginas. Después de lavarte las manos, desenrosca el tapón de la pomada y retira la arandela que hay debajo de éste. Con una mano coges la pomada, y con la otra tiras ligeramente del párpado inferior hacia abajo de forma que se cree un espacio entre el párpado inferior y el ojo. Puedes ayudarte de un espejo para que sea más fácil si te aplicas tu mismo el tratamiento. Las pomadas oftalmológicas suelen llevar un aplicador en forma de “pequeño cono” incorporado en el envase. Acerca el aplicador al espacio que has creado detrás del párpado inferior, y deposita una cantidad de pomada similar a un grano de arroz. Es importante que procures no rozar el ojo con el aplicador. Si te es más fácil, puedes aplicar la pomada directamente con el aplicador en el borde del párpado inferior (la zona donde las mujeres nos aplicamos el eyeliner). No hace falta llenar el ojo de pomada, si haces esto verás que terminarás el producto enseguida, y no es necesario aplicar tanta cantidad.

¡Rotundamente sí!