El ácido hialurónico es un componente natural de muchos tejidos, lo encontramos formando parte de estructuras como la piel, las articulaciones o incluso dentro del ojo.
En la piel la función principal del ácido hialurónico es la de captar agua, manteniendo la piel hidratada; y dando estructura junto con las fibras elásticas y el colágeno. Con el paso de los años se produce una pérdida de ácido hialurónico y fibras elásticas en la piel, que junto con la disminución de los paquetes grasos faciales, lleva a la aparición de signos de envejecimiento cutáneo como las arrugas, la flacidez o la pérdida de volumen en el rostro.
Las infiltraciones de ácido hialurónico nos permiten tratar y prevenir la aparición de arrugas y surcos faciales devolviendo el volumen al rostro que perdemos con los años, así como mejorar la textura, el grosor y la hidratación de la piel.
El tratamiento con ácido hialurónico se realiza de forma ambulatoria en consulta, sin necesidad de cirugía. Aunque se realiza mediante infiltraciones con aguja es un tratamiento bien tolerado por los pacientes, ya que habitualmente se utilizan cremas anestésicas para reducir el disconfort de las inyecciones. La duración del tratamiento puede variar entre 15-30 minutos aproximadamente.
Los resultados del tratamiento suelen ser visibles de forma inmediata, suelen durar entre 6-8 meses y en algunos casos hasta 1 año.
¿Qué zonas podemos tratar con ácido hialurónico?
- Corrección de ojeras
- Arrugas perioculares
- Surco palpebral superior hundido
- Aumento de volumen e hidratación labial
- Surco nasogeniano
- Aumento de pómulos
- Arrugas peribucales o “código de barras”
