1. Huye del tabaco
Hoy en día existen ya múltiples evidencias de los efectos nocivos del tabaco en todo el cuerpo. La piel de la cara y en concreto la de los párpados no están exentas de ellos también. Son zonas constantemente expuestas y en contacto directo con el humo del tabaco en las personas fumadoras. A lo largo del tiempo ello conlleva un envejecimiento prematuro con aparición precoz de arrugas, aumento de la laxitud de la piel o aspecto de piel apagada o cetrina.
Además, existen múltiples evidencias de que la exposición crónica al humo del tabaco produce una mala cicatrización de la piel aumentando el riesgo de apertura de las heridas quirúrgicas.
Bajo mi experiencia personal como cirujana oculoplástica puedo asegurar que los pacientes fumadores suelen tener postoperatorios más largos y complejos, con mayor riesgo de aparición de hematomas y edema postoperatorio.
Es por esto que si estas pensando en realizarte alguna cirugía palpebral te recomiendo desterrar desde ya el tabaco y disminuir al máximo la exposición a ambientes con humo. Si eres fumador o fumadora mi recomendación seria abandonar el tabaco desde como mínimo un mes antes de la intervención y alargarlo hasta uno o dos meses después de la cirugía.
2. Descansa con la cabeza incorporada a unos 20º
La aparición de edema y hematomas es habitual y completamente normal en el postoperatorio de cualquier cirugía palpebral, sobretodo las primeras 48-72h. Es por esto que durante estos primeros días mi recomendación es intentar dormir con la cabeza levemente incorporada o incluso con dos almohadas. De esta manera favorecemos el drenaje linfático palpebral con la misma gravedad mientras descansamos.
3. Evita el sol todo lo que puedas.
La exposición solar durante el postoperatorio precoz o los meses siguientes a la cirugía puede favorecer la pigmentación antiestética de los hematomas y la cicatriz. Mi recomendación es usar cremas de fotoprotección solar con spf +50 y adecuadas para la zona palpebral a partir del momento de la retirada de puntos en las heridas de la piel. Usa gafas de sol. Unas gafas grandes con el filtro adecuado serán tus grandes aliadas, y el uso de gorras o sombreros también te será de gran ayuda.
4. El frío es tu compañero los primeros días
Los primeros días post cirugía, la aplicación de frío local sobre los párpados disminuye mucho la inflamación y la expansión de los hematomas. Puedes utilizarlo en múltiples versiones como mascarillas de gel, hielo picado, o la típica bolsa de guisantes que tenemos en el fondo del congelador. ¡Ojo! No coloques nunca el frío en contacto directo con la piel. Aplica sobre la piel y las heridas gasas limpias, una toalla o un pañuelo de algodón para evitar quemar la fina piel de los párpados con el frío.
5. Mantén una higiene estricta de la herida
La herida cutánea debe ser lavada diariamente a partir de las 24h de la intervención. Mi recomendación en humedecer la herida con suero fisiológico primero para facilitar la eliminación de costras y secreciones, sobretodo los primeros días. Posteriormente utiliza toallitas específicas para la higiene de párpados que ayudaran a mantener la piel de la zona bien limpia y a disminuir el riesgo de infección de la herida.
6. Abusa de las lágrimas artificiales
El edema y la inflamación de los primeros días suele provocar una dificultad en el parpadeo, sobretodo los primeros 3-4 días. Esto puede llevar a una disminución en la lubricación de la superficie ocular apareciendo síntomas como irritación o rojez en los ojos. Para evitarlo es imprescindible es uso de lágrimas artificiales con ácido hialurónico de forma habitual durante la primera semana después de la cirugía. En algunas cirugías, sobretodo en las que ha sido preciso tocar la conjuntiva, es frecuente alargar el uso de lágrimas artificiales los primeros meses después de la intervención.
7. Drenaje linfático
Personalmente recomiendo a muchos pacientes algunas sesiones de drenaje linfático facial después de la cirugía palpebral. Ayuda a acelerar la recuperación disminuyendo el edema postquirúrgico y activando su reabsorción gracias a la estimulación del drenaje linfático facial. Es importante realizarlas de la mano de una profesional acreditada y actualizada en este tratamiento.
8. Cuida los hematomas
En la zona palpebral hay una trama vascular muy importante, por lo que la aparición de hematomas después de una cirugía es inevitable. Puedes ayudar a su reabsorción con cremas quelantes de hierro como Kelador® o con vitamina K óxido como Auriderm®. La luz pulsada también puede ser una aliada para acelerar la reabsorción de los hematomas ya que actúa directamente sobre la hemoglobina favoreciendo su reabsorción.
9. Mantente activo
No es necesario hacer un reposo estricto en el postopratorio, aunque si es importante evitar hacer deporte, o ambientes húmedos como piscinas y saunas.
Una actividad física suave como salir a pasear también ayudará a acelerar la reabsorción del edema y la inflamación. De esta forma activamos la circulación y el drenaje linfático natural del propio cuerpo.
10. Utiliza productos para la recuperación de la cicatriz
Los cuidados de la cicatriz empiezan desde el momento que termina la cirugía. Inicialmente, durante la primera semana lo más importante es la correcta higiene de la herida quirúrgica.
Una vez hemos retirado los puntos, aproximadamente a los 7 días, podremos empezar a aplicar productos para favorecer la cicatrización.
Existen diferentes versiones. Desde aceites como el de rosa mosqueta, cremas específicas palpebrales como Estila Neolid®, o incluso geles de silicona como Dermatix®.
